Partamos por erradicar la castración afectiva. Los hombres tienen derecho a expresar sus emociones, mostrar sus vulnerabilidades, recibir cariño y afecto, y también a entregarlo.

Deben permitirse ser tocados, y en el mismo sentido, aprender a tocar a otros; a sus padres, a su pareja, a sus amigos y, por supuesto, a sus hijos, sin que eso les signifique ser débiles ante los demás.

Sería interesante que dejaran de sentirse responsables integralmente de proteger, resguardar y proveer, ya que la mujer puede perfectamente hacer lo mismo para sí y para su familia. No encasillar roles de género en una relación es poner en práctica el principio de igualdad. Deberían también meter la mano en la cocina, limpiar la taza del baño, preocuparse por desinfectar las superficies donde se almacena la comida, y no hacerse cargo solo de sacar la basura y de arreglar un poco el patio. El concepto de cuidado integral de la casa, cuando se vive en pareja, debe tener una perspectiva total. No se piensa por partes, aun si existieran roles específicos para cada uno.

Nosotras, como mujeres, también tenemos harto que hacer en esta materia.

Pasarle la pelota para que nos llame, nos corteje, nos busque, nos haga felices, nos dé seguridad, protección y estabilidad, no ayuda mucho a bajarle la carga. Seguimos entregando toda la responsabilidad de nuestras emociones y autocuidado en las manos de alguien del que incluso no sabemos si se da todo aquello a sí mismo.

Un par de citas con un hombre no lo obliga a enamorarse; acostarnos con ellos no es una moneda de cambio para obtener una cita al día siguiente. Aprendamos a ser felices con nosotras mismas y a disfrutar con ellos de aquello que la vida nos pone como experiencias y, a su vez, aprendamos a desechar rapidito un amor que se descompone e indigesta.

Hombres y mujeres no son más que el otro; cada uno con sus propios aportes, sus recursos y capacidades, y en complemento, un todo contribuyente, siempre y cuando dejemos de asignarnos entre nosotros etiquetas que solo nos dividen y nos minimizan.

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