

Tus padres eran responsables de ti, en muchos ámbitos.
No solo debían alimentarte, llevarte a tus controles médicos, cobijarte en una vivienda limpia y segura, atender tus necesidades sanitarias y estar pendiente de lo mínimo que necesitabas para sobrevivir.
Eran además responsables de atender tus necesidades emocionales, al principio poco conocidas para ti, sin embargo, contenerte en la pena o acompañarte en la ira, serian determinantes en el fortalecimiento de los lazos de confianza que comenzabas a entrelazar con el mundo.
Tus padres eran los responsables de darte educación, pero no solo la académica, sino que también emocional.
Debian mostrarte que, si bien el mundo a veces no era un lugar seguro, tú los tenías a ellos y también a ti misma para caminar y sortear obstáculos.
En gran parte fueron los constructores de tu autoestima, de tu mirada de cara al exterior, pero también influyentes en tu propia percepción frente al espejo
Por si fuera poco, también tenían como rol, ser tus modelos de referencia, y lo hacían inconsciente, a través de sus relaciones, la forma de poner límites, en la toma de riesgos y en general, un mucho de ellos, se nos quedó clavado a fuego en nuestro mundo inconsciente, ese mismo que hoy representa más de un 90% desde donde emanan las conductas y comportamientos que exteriorizamos y que no conocemos.
Pese a las tremendas responsabilidades que tenían contigo, muchos por ignorancia, por referencia de sus mismos padres, por cultura o idiosincrasia, e incluso, con su propia forma de ver el mundo, hicieron lo que pudieron con las herramientas que tenían, con la escasa información disponible y las complejidades de su vida, puede que no hayan cubierto en forma completa todo lo que requerías para crecer como un adulto sano, y si a eso le sumas experiencias duras en tu vida, podría ser que hoy te encuentres como gacela en un bosque lleno de coyotes.
Y si creciste con modelos de referencia erráticos, tal vez hayas normalizado relaciones disfuncionales en el futuro, fruto del dolor, necesidad y falta de amor, como ingredientes de tu vida y relaciones repetidas, una tras otra, cada una con sufrimiento, indiferencia y desamor.
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