

¿Puedo recuperar a un ex?
Primero pregúntate, ¿para qué lo quiero de vuelta?
Si lo haces con honestidad y no desde tu ego disfrazado de amor, la respuesta lógica sería que esa persona le daba valor a tu vida, por algo quieres recuperarlo.
Si por el contrario, te maltrataba física o psicológicamente, mermaba tu autoestima, te era infiel o simplemente no te quería, es bueno que le des una vuelta a tu autoestima antes de armar un plan de reconquista.
Así como la caridad, el amor también comienza por casa, y si el resultado del enlace solo eran dolores de cabeza, mi recomendación es que apliques un poco de razón por sobre la emoción de recuperarlo.
Sin embargo, hay relaciones que se desgastan por motivos externos y que nada tiene que ver la falta de amor, si no problemas que impactan en la emocionalidad de las personas que hace que pasen por ciclos complejos y por consiguiente, se desatienden a si mismo y a sus parejas.
Estos eventos podrían ser depresiones, pérdida de empleo, enfermedad grave de alguno de los integrantes, hijos conflictivos que son de uno de los dos, padres enfermos o incluso narcisistas posesivos que interrumpen las relaciones de sus hijos y así otros casos que dejan abatida a una de las partes dando bien poco de si mismos en una relación.
Si una pareja se desgasta por factores externos, y por toda la carga negativa la relación se rompe por la persona abatida, lo recomendable es darle el tiempo y el espacio en soledad, ese que necesita para aclararse y tomar decisiones.
Si tú estás ahí reclamando atención o exigiendo, no tendrá la posibilidad de poner sus cosas en orden.
Debes entender que para que esté bien contigo, necesita estarlo primero consigo y no puedes hacer otra cosa que respetar esa distancia aunque te duela y comenzar a recuperarte a ti misma.
Cada quien vive en forma muy personal sus propios procesos, y cuando alguien dice No, es no, suplicar, llorar o culparte por los tormentos de otro, solo te va a llevar a cometer actos irracionales que lo podrían alejar aún más.
Relájate, aléjate y ocúpate de ti.
Si regresa, serás tú quien analice si aún con lo que sabes, decides acompañar a alguien que tenga cosas no resueltas, si tienes el equilibrio suficiente podrás colaborar y no acelerar los conflictos con demandas que no aplican cuando el otro tiene su mente en otra parte.
Nadie vuelve por pena o compasión y si lo hace, te lo hará sentir por todo el tiempo que se quede contigo.
¿Qué pasa si el factor externo fue otra mujer y se enamoró de ella?
Simple, déjalo que viva su experiencia, no tenemos el poder de entrar en la mente de otro y cambiar sus decisiones.
Tendrá que evaluar si cambió pan por charqui, o si incluso esa nueva relación le suma mucho más que la que tenía contigo, nadie más que él, luego de vivir la experiencia podrá decidir si vale la pena o no regresar a ti.
Entonces, ¿qué hago mientras?
¡Vive tu vida!
No te quedes esperando la remota posibilidad de que te llame o escriba.
No fuerces momentos que no quiere vivir contigo, ya eligió y no fuiste tú.
¿Qué otra prueba necesitas para que salgas de tú trance y vuelvas a la vida nuevamente?
Y si regresa, que te vea bien, linda, empoderada, estable, resuelta y con proyectos propios, que sepa que tu tiempo sin él, contribuyó en tu desarrollo, la idea es que no se encuentre con la misma que abandonó, pero eso debes hacerlo por ti y no por él.
Yo sé que es difícil controlar las ansias de que regrese, pero debo decirte que rogarle, decirle que vas a cambiar, ofrecerte como amiga sexual, deprimirte, abatirte y que lo sepa, aparecerte por lugares comunes y en general, todo aquello que sea INSISTIR, es la peor de las estrategias que se le puede ocurrir a alguien para recuperar el amor de otro.
El deseo, el compromiso y la amistad se dan cuando hay ADMIRACIÓN y no por COMPASIÓN.
Conviértete mejor en alguien tan irresistible que para cuando aparezca, seas tú la que tengas que pensar si te conviene o no dejarlo entrar.
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