

Conocí un chico lindo y no sé qué hacer.
Si le hablo primero, luego de la cita, es posible que piense que estoy desesperada.
Si no le hablo, tal vez sentirá que no me gustó, o que no lo pasé bien con él.
Y si luego de la segunda cita, si se diera, ¿estará bien si me acuesto con él?
Es probable que si lo hago, me perciba como una chica fácil, y que luego me use solo para saciarse, pero por otra parte, si no le doy lo que busca, tal vez deje de interesarle y vaya por otra que sí le apague las ganas.
Ahora, si luego de acostarme con él, le escribo mucho o insisto con verle, podría agobiarse por mi deseo de compromiso, entonces mejor dejo que me busque y así sienta que no tengo interés en presionarlo.
Voy a fingir que no me gusta, para que no se aburra de mí y sienta el desafío constante de buscarme, y con ello, le sea mucho más atractivo quererme.
Reflexión:
Siempre se trata de él.
De lo que opine de tu comportamiento.
De cómo reaccione contigo ante tu comportamiento.
De cómo quiera relacionarse contigo según tú comportamiento.
El día que dejemos de comportarnos en función a la supuesta mentalidad de un hombre, se irá la angustia de ser elegidas.
Fluiremos en nuestras propias ganas de hacer o decir.
Si se queda, bien, sino, también, y con ello, adiós a la presión de estar actuando un papel, siempre pensando en supuestos de reacción que, finalmente, nunca son tal.
Al hombre que le gustas, le vas a interesar así como eres, sin tener que disimular, esconder o sobre manifestar.
Y ojo que ser tú no es lo mismo que estar desregulada emocionalmente a causa de necesidades no resueltas, porque muchos vacíos afectivos a cuestas tampoco te permiten fluir en consecuencia a la mujer que realmente eres.
Comentarios