

La adicción al amor hace que tu cerebro altere su funcionamiento natural, creando dependencia hacia el objeto de tu deseo. En este caso, esa persona específica.
Aquí no aplica la racionalidad, pensamiento consciente ni nada por el estilo, porque solo hay un desequilibrio químico constante que te impide pensar con claridad, presionándote para consumir al sujeto de manera inmediata.
La abstinencia que causa el amor ambivalente, tóxico o no correspondido, se hace muy difícil de llevar porque acostumbraste a tu cerebro a un amor desequilibrado. Los procesos de liberación de dopamina que se producen una y otra vez en periodos continuos; cada vez que esa persona aparece, hoy es lo que tu cerebro reconoce como la principal fuente de bienestar.
Es decir, si tienes un amor no disponible para ti (casado, tóxico, a distancia, casual, cualquier amor lejos de la reciprocidad y la calma) alteraste el equilibrio químico de tu cerebro, acostumbrándolo a la liberación de las sustancias del placer; por tanto, esa será la nueva forma en la que tus emociones van a interactuar. Entre la felicidad extrema y la tristeza, hasta el éxtasis y la apatía total.
Lo anterior también hace que te obsesiones con una persona que no puedes tener, porque al recrear aquello que vives con él, también ayuda a desatar el baile de hormonas que tu cerebro pide a gritos para sentirse en júbilo.
¿Es malo que se active el sistema de recompensas por ese desequilibrio?
Por supuesto, te hará depender emocionalmente de vivir esas situaciones con el fin de sentirte bien, no existiendo alternativas para reemplazar las sensaciones que solo esa persona es capaz de causar en ti, simplemente porque solo con ella activaste la transmisión y segregación de las hormonas responsables del éxtasis.
En resumen, esa sobredosis que tu cerebro recibió, construyó un nuevo equilibrio químico, necesitando aumentar las dosis con el fin de estabilizarse. (Pero ocurre todo lo contrario).
Por eso aguantas todo, aun cuando no recibes casi nada.
Por eso te enfermas de amor.
Por eso un amor sano te parece aburrido.
Por eso te obsesionas con alguien.
El otro es la droga que te falta para vivir.
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