Es para ti “emocionalmente no disponible”, que no debe confundirse al hecho de estar comprometido con otra persona y no querer hacerlo contigo, eso es una cuestión que aquí no juega.

Esto se trata de alguien con unos mecanismos de defensa tan robustos que es muy difícil establecer una relación de reciprocidad en lo que tú das versus lo que de él recibes.

De hecho, continuamente sientes que no le importas, pero no logras entender por qué pese a ello, se queda, e incluso, muestra episodios (muy escasos) en donde te desencaja la manera en cómo se conecta contigo, y también lo fácil que le es del mismo modo, desconectarse de ti sin razón aparente.

Llegar a él puede ser un ejercicio de alto rendimiento, te esfuerzas tanto para que diga o haga algo que te dé un poco de luz, o bien sombra, ya ni te importa incluso si te deja y hoy solo quieres saber que le pasa por la cabeza, pero ni pistas te pone para que puedas dar respuesta a esa preguntas que te resuenan:

¿Me querrá un poquito? ¿Seré importante?

Desea que siga en su vida y si no…

¿Qué hace conmigo todavía?

Y así te lo pasas incluso largo tiempo en una relación indefinida, sin nombre, sin reclamos por que si los haces, se te escabulle como un pez recién sacado del agua.

Se arranca toda vez que lo cuestionas y te pide que lo quieras así, sin condiciones e incluso te hace sentir a veces que si te da mucho, y tal vez lo crea ya que podría estar haciendo grandes esfuerzos para abrirse contigo, pero no lo sabes.

El otro tampoco, esa distancia es inconsciente y esconde el miedo de mostrarse vulnerable, no se permite conectar contigo porque eso le dejaría expuesto e incluso frágil.

Y aunque te esfuerzas para ello, pareciera como si tus intentos lo alejaran cada vez más.

Pero no eres tú, si no esa persona que hizo un doctorado en cómo crear distancias.

Ay si se enamora un poquito de ti, que entra la cabeza en su caparazón y se pierde un par de inviernos sin despedirse siquiera, pero ten calma que volverá cuando te quiera un poco menos.

.

.

Comentarios