Me encanta no gustarle a todas las personas.
Es más, habría sido terrible para mí, ser elegida por todos los hombres que conocí, porque el 99% de ellos, no encajaron en mi proyecto de vida.
No siento esa necesidad de que me hablen, me llamen o cargoseen, sobre todo si se trata de personas que no conozco bien. Y aún si los conociera, el tener una vida rica en circunstancias, exige no poner el foco en una sola.
¿Para qué voy a querer caer en brazos de cualquiera?
La vida me ha costado, he trabajado mucho en mí, como para abrirle la puerta a un vago, mentiroso, charlatán, comprometido, maltratador, vicioso y en general, a cualquier personaje que afecte mi estado emocional.
Mi razón me gobierna, mi sentido común tiene un lugar prioritario en cada decisión que tomo.
La niña herida no aparece en mi vida caprichosa, porque la adulta que soy en el presente, aprendió a contenerla.
Y no fue un camino nada fácil.
Tuve que ser consciente de mí, de mis experiencias, de los aprendizajes necesarios para no cometer los mismos errores y muchas veces, fue necesario aprender a ser fuerte, tomando decisiones que sin querer tomarlas, eran beneficiosas para mi vida.
Cuando entendí que muchas cosas estaban en mi ámbito de acción, comencé a preocuparme por cada una de ellas, y dejé de darle importancia a contextos externos en los que no podía influir, y así no perdí más el tiempo en circunstancias y personas que no valían la pena, porque la vida es corta y es más inteligente pelear las batallas ganables, y no aquellas en las sabes que te vas a desangrar.

Amiga querida:
Está bien que no te elijan todos.
Que amigas dejen de serlo.
Que sufras rupturas, cambios de trabajo, de país, incluso de distanciamientos con personas que quieres pero que te hacen daño.
Todas son experiencias que necesitas para hacerte fuerte, descubrirte, conocerte y enfrentar la vida con altura de miras, con dignidad, con amor propio.
Porque lo que hay detrás de cada desprendimiento, es tu camino que se va limpiando de los escollos que hoy miras como salvavidas, pero que no son más que obstáculos que te impiden avanzar.