Te tengo que confesar amiga querida, que el mercado del amor que alguna vez conocimos, no se parece en nada al actual.
Hoy se estila conversar con varias personas en forma simultánea, tomar café con algunas y acostarse con otras tantas, para luego, hacer una lista de prospectos e ir descartando por suma o resta de puntos (que por supuesto, no conocerás jamás).
Este modus operandis es principalmente masculino, pero muchas mujeres también están mejorando la misma técnica, aprendiendo de sus maestros la estrategia de la malla de pesca (una red lanzada al mar para recoger peces, chatarra, medusas despedazadas entre otros “tesoros marinos”, para luego quedarse con lo comestible)
Entonces cuando tú conoces a un sujeto del que no tienes historia, no le puedes apostar todas tus fichas.
Porque las conversaciones por WhatsApp, las fotitos de lo que hace en tiempo real, los memes, las preguntas de preocupación que te lanza a media tarde, esas tales como: ¿qué comiste?, ¿cómo va tu día? y cualquiera que en tu mente se dibuje como un interés real, no son más que interacciones básicas, que no implican más esfuerzos que mover el dedo anular, para luego copiar y pegar las mismas preguntas, al resto de las amiguitas de turno.
Un hombre sabe que estas cosas enganchan, que a una mujer deseosa de amar y ser amada, la mantienen cautiva y expectante, entonces el juego se pone divertido.
Sin inversión de tiempo, dinero para citas o atención cautiva, puede conseguir lo que quiera y en el tiempo que quiera.
Y no todos son narcisistas, como a veces se piensa, ni tampoco malas personas.
Simplemente, el mercado del amor ha cambiado, se ha vuelto desechable y las personas ya parecen productos en subasta transados al mejor postor, que espera pagar por ellos, el menor precio posible.
De modo que no idealizar y soltar expectativas sobredimensionadas, dejar de ser tan crédula y abrir los ojos para observar si los escritos, palabras y actos son congruentes con el mensaje de fondo, es prioridad en estos tiempos de inmediatez, en donde primero somos algo parecido a bienes de consumo, para luego pasar por un exigente casting, que nos permitirá transformarnos en personas de carne y hueso.

Comentarios