

Cuando conoces a alguien mayor o menor, cuya diferencia de edad, te parece importante, pasas a llevar tus sentimientos, para priorizar el conflicto que causa la famosa pregunta: ¿estará bien que me relacione con alguien de esa edad?
Y resulta que, como bien sabes, la edad es un número, y como tal, no debiera intervenir en tus decisiones, ni mucho menos, ser un “saboteador de relaciones”, a menos que te estés involucrando con un menor, y en ese caso, el análisis estaría muy bien hecho.
Sin embargo, es importante que entiendas que una relación funciona por factores diferentes al rango etáreo, siendo mucho más relevante, el nivel de madurez de ambos integrantes y los objetivos en común que puedan darse en sus vidas paralelas.
Debes comprender que cada ser, es un mundo diferente, con sus propias necesidades, expectativas y aspiraciones, no siendo uno, la extensión del otro, pero si formando juntos, un enlace en donde caminan más o menos, hacia una misma dirección.
Por eso, la pregunta principal que debes hacerte, incluso antes de conocer a alguien, es: ¿qué quiero de una relación de pareja?
Analizar aquellos factores en los cuales sentirías que, de estar presentes, estarías cumpliendo con lo que esperas de alguien, sin expectativas idealizadas, sin traspasarle al otro la responsabilidad de darte aquello que por historia no recibiste, sino, en un ejercicio sincero de ese “desde”, que, para ti, serían las señales inequívocas de que es momento de embarcarte en una relación.
Otras preguntas interesantes que te puedes hacer:
¿Quieren hijos?
¿Qué pasa si uno quiere y el otro ya tiene y no quiere?
¿Estará dispuesto uno, a adaptarse al deseo del otro?
¿Qué tipo de enlace querrá vivir él?
¿Qué tipo de enlace quiero vivir yo?
Relación abierta, convivencia, en libertad, solo sexual…
¿Cuál serán las motivaciones del otro para decidir cómo quiere relacionarse?
¿Estará en una dirección similar a la mía?
Si revisas estas preguntas, de seguro estarás pensando que tienen mucho mas fondo que la edad de alguien, la que, por cierto, si puede ir relacionada a sus deseos, pero no puedes prejuiciar, porque también los hay aquellos que maduran temprano y otros, que lo hacen muy tarde.
Por eso mi consejo es, conócete, pregunta, pero también, lee entre líneas.
Con un poco de entrenamiento, rápido puedes darte cuenta si te secuestró la pasión, si te está paralizando el miedo, o si es momento de ir disfrutando de las experiencias sin juzgar tanto por todo, y decidiendo al ir observando, si aquello suma o resta a tu vida.
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