

La infidelidad es muy dolorosa para aquel que recibe el engaño, ya que son muchas las cosas que se transgreden en una traición.
Se suele justificar la conducta con aquello de que la monogamia no existe, o es anti natural, o incluso con que el otro es responsable del hastío propio.
Sin embargo, sería más honesto que una persona que no considerara la opción de estar únicamente con una pareja no se comprometiera y pueda vivir así, en congruencia a su propia naturaleza.
O aquel que, aburrido y cansado de su pareja, buscara un camino diferente, tomara nuevos rumbos hacia la vida que quisiera tener, y no sostener una relación a la que no le pone fichas.
Por alguna razón, está dejando de importar el de al lado, y dar rienda suelta a los impulsos, liberando al animal sexual que vive en cada uno, casi pasa a ser asunto normalizado.
Y esto no tendría nada de malo si por ese sentir, no quedara otro ser humano devastado.
Porque además, es todo un entorno el que se cae como si fueran fichas de dominó.
Leo cada día decenas de historias con este tipo de relatos, vidas rotas, intentos de perdón fallidos, rencores que no se marchan y desconfianzas que parecen eternas y extrapolables hacia todas las dimensiones de la vida.
Leo también amigas aburridas de sus parejas, cansadas de sus relaciones, buscando en otros cuerpos un poco de emoción que les devuelva la alegría de vivir.
Y así, parejas que se unen, prometiendo un falso compromiso, para luego con indiferencia, pasar a llevar todos los intransables de aquel a quién le juraron fidelidad hasta la muerte misma.
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