

Las mujeres no siempre buscan una relación de pareja. También quieren divertirse, escaparse un par de horas con un galán guapetón, de sonrisa linda y cuerpo rico. Pasar un rato agradable, ya sea cenando, bailando o dejándose seducir por alguien que, como la viene conociendo, lo da todo en la cancha, incluso fuera de esta. No siempre esperan que al día siguiente las llamen a primera hora o que les digan: “Hola, amor”, y mucho menos tienen la intención de quedarse pegadas en el idilio. Muy por el contrario: se dan el gusto de conocer harto para que la decisión sea buena. Son mujeres que, como se equivocaron tanto, ya no están dispuestas a desnudarse de alma por un par de palabras bonitas. No, señor, el cuerpo sí, pero los sentimientos guardaditos bajo siete llaves, para que no sean saqueados con alevosía. Hay mujeres que ya aprendieron a caminar solas, a dormir solas, a pagar el dividendo o renta de su casa, a tener empresas para arreglos de gasfitería o de electricidad e, incluso, a comprar todo por Internet. Ya ni les hace falta que alguien las maneje. Esas mujeres que reemplazaron la palabra “necesidad” por “querer” no añoran que las amen; lo que esperan es amar porque dan por hecho que recibirán lo mismo. Son mujeres que no ven a los hombres como proveedores ni como referentes de estabilidad para sí mismas; los miran de frente, de igual a igual y como a una pareja, no como a otra mitad porque ya se sienten completas.
Escribí este texto por si un día uno me lee, para sacarle esa idea de la cabeza, si la tiene, de que lo único que busca una mujer es amor, compromiso y atención. Lo escribí para darles la noticia de que algunas también buscan sexo rico, baile caliente y, ¿por qué no?, una buena cerveza.
Lo escribí para contarles que no todas creen en castillos, ni en vestidos rosa, ni en príncipes, ni en unicornios, ni en conceptos virginales monógamos, sino que, igualito que mis amigos del sexo opuesto, ellas también solo viven. ¿Y si el amor llega? Maravilloso, pero no se va a disparar los sesos para que uno se lo dé.
Amigo, nunca subestimes a una mujer que parece que te ama; puede ser que sus intenciones se parezcan mucho más a las tuyas, y tú solo creyendo que quiere marido.
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