

No se trata de abrirle el corazón a cualquiera, ni reprimirnos para no espantar, ni fingir ser alguien que no somos, solo para complacer.
Sin embargo, proteger nuestra dimensión emocional es importante, sobretodo, cuando no conocemos bien a una persona, ni las intenciones reales que esta tiene.
Del mismo modo, no podemos proyectar algo con alguien, si no hemos analizado aspectos importantes.
¿Fuma?, ¿se droga?, ¿bebe alcohol? ¿está comprometido?, ¿viene saliendo recién de una relación?, ¿trabaja?, ¿vive en la misma ciudad?, ¿tiene hijos, cuántos tiene?, ¿vive solo, con los padres, permanece en la casa de la ex pareja?
Lo cierto es que hay muchas cosas que se deben considerar al momento de darle espacio a alguien, si lo que queremos es construir una relación sana, sin repetir patrones que antes nos hicieron daño.
Más aún cuando tenemos hijos, no da lo mismo alterar nuestra vida y la de quienes queremos, solo porque la emoción le ganó a la razón, o simplemente, porque llevamos tanto tiempo solas, que estamos dispuestas a pagar, por compañía, un alto costo emocional.
No tendríamos que andar angustiadas por amor, como lo hace el adicto tras su droga.
Proyectando en otros, atributos que no tiene, solo porque queremos amar y ser amadas.
Porque la confianza no es sinónimo de inocencia ni de ingenuidad, sino, de las certezas que vamos construyendo respecto de nuestra propia capacidad de detectar lo que nos suma, así como también, aquello que nos resta.
Por eso amiga querida, no es inteligente tirarle perlas a los cerdos.
No es inteligente querer conectar por fuerza, con personas que no van a valorarnos.
Porque el amor no se pide, no se obliga, no se reclama ni se demanda.
Y mucho menos se activa solo con nuestro ferviente deseo de ser vistas y elegidas por alguien que viene a ser un aparecido, literalmente, en nuestro presente.
En la medida de que dos personas van construyendo, descubren de la otra, aspectos necesarios para irse abriendo en un espacio seguro.
No estamos en condiciones de jugar a la ruleta rusa, sobre todo, si tenemos el corazón erosionado por antiguas experiencias.
Las relaciones nos abren heridas antiguas o en sentido puesto, nos ayudan a sanarlas.
Comentarios