

Yo soy mi cuerpo, mi mente y mis emociones. Yo soy mi historia, mis patrones mentales condicionados por mis padres, por el colegio, por la universidad, por la sociedad y por cada persona que se ha cruzado en mi vida a lo largo del tiempo. Yo soy mis dos nombres y mis dos apellidos. Yo soy esa mente que partió como un programa en blanco, almacenando en el tiempo información de muchos sistemas que me condicionaron a tener comportamientos homogéneos. Yo soy un cuerpo con un cerebro que se alimenta de creencias impuestas sin un propósito claro. Yo soy finita; tengo fecha de caducidad. Yo soy esa que piensa y se identifica con lo que piensa y que, luego, tras las emociones de cada fotografía mental, construye realidades, buenas o malas, tanto que pareciera como si fuese una artista con pincel en mano. Yo soy esa que alberga percepciones equivocadas que se manifiestan desde mi inconsciente, a través de heridas sin un origen aparente. Yo pertenezco a una dimensión en la que paso del pasado al futuro, sin detenerme en el hoy. Me angustio y luego ansío, llena de pesares y de ilusiones; pocas veces respiro el ahora. Estoy más tiempo en donde mi mente se preocupa más o disfruta menos por cosas que espera que algún día ocurran.
Yo soy aquella que lucha, que se resiste, que atrapa los eventos como si fueran ataques personales. Yo soy aquella que sufre, como si hubiera comprado a consciencia toneladas de sufrimiento almacenado en las bodegas de sus recuerdos, un poco para cada día. Yo soy la queja, la culpa, el “No se puede”, la desesperanza, el pesimismo y la inconformidad. Yo soy la que siempre quisiera tener una casa diferente, un marido diferente, una familia diferente, un trabajo diferente, unos ojos diferentes, un cuerpo diferente y una vida diferente. Yo soy esa que habla fuerte, que golpea la mesa y que quiere parecer importante ante los demás, solo porque se siente pequeñita. Yo soy mi mente gobernada por el drama, que causo y busco o, simplemente, le doy permiso para quedarse. Yo soy mi mente gobernando mi vida toda vez que no estoy presente. Soy aquella que, separada de mí, de las personas que me rodean y del medio ambiente, me encuentro en una soledad profunda. Yo soy aquella que, desde el miedo, clama por compañía, amor, sosiego, contención, atención, y que, sin tener un pedacito de lo citado, hace erupción como si fuese un volcán que esparce su lava según la libertad de sus sentimientos. Yo soy temporal, vida en un cuerpo que al apagarse también va a extinguirse.
Yo soy eso que tú conoces como ego y que hoy tanto sufrimiento te causa con sus cadenas.
Crees que eres, pero no es así: solo corresponde a un personaje que construyó tu inconsciente para sobrevivir. Tu ser es mucho más trascendente que aquello con lo que te identificas.
Comentarios