

No quiero dar recomendaciones muy complejas ni tampoco confundir con demasiadas estrategias para sobrellevar cualquier tipo de vínculo con un manipulador. Cierto es que lo podemos encontrar en el trabajo, en la casa o en una pareja; ninguna relación humana está libre de vivir una experiencia similar. No existe una receta perfecta para soportar el vínculo, más que arrancar del humano que quiere extirpar los recursos, tanto internos como externos, que una persona posee. Sin embargo, y si por distintos motivos no es posible arrancar, mis consejos son los siguientes:
- Confía siempre en ti, en lo que haces, dices y escuchas.
- No tomes como tu responsabilidad la irresponsabilidad de otro; aprende a reconocer aquellas cosas que sí están en tu ámbito de acción respecto de las que le corresponde a otra persona resolver. No tienes por qué hacerte cargo de todo; basta aquello en lo que sí eres parte, y del resto que se encargue quien corresponda.
- No estás loca si un psiquiatra no te extendió un documento certificando un problema de salud mental grave y crítico; por lo tanto, si cualquier humano te dice que lo estás o te hace creer eso de ti misma, deberás ponerlo en duda de inmediato y, por supuesto, restarle total validez.
- Toda vez que percibas que estás siendo objeto de manipulación de alguien, debes poner límites, de manera que el otro perciba que contigo esos juegos no le van a resultar. No es malo exponer con calma y cordura que eres consciente de que te están dando vuelta la tortilla. Nada de peleas y desgastes para increpar; basta solo decirle que no puedes ser engañada, que pierde su tiempo al culparte o al confundirte, porque tú eres inmune a ese tipo de ataques silenciosos.
- Nada de acostumbrarte a la huasca y a la zanahoria; recuerda bien que no eres un burro.
Mereces ser tratada siempre con respeto, amor y cuidado. Eso del castigo del silencio, pasar a la degradación y a la devaluación de tu persona para luego recibir mimos un rato corto no es admisible. Jamás podrá ser compensado el maltrato físico ni psicológico con un par de “Te amo” y de arrumacos mentirosos. Tú eres la responsable de no caer en esa telaraña. Elígete siempre.
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